Fiebre y dolor en niños

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Fiebre y dolor en niños

La fiebre y el dolor son síntomas frecuentes en los niños que causan gran preocupación en los padres y cuidadores. Ambos son manifestaciones normales de un proceso que está ocurriendo en el organismo como mecanismo de defensa y permiten la mejoría del individuo.

LA FIEBRE, definida por la Sociedad Americana de Medicina de Cuidado Crítico y Enfermedades Infecciosas (IDSA, por su sigla en inglés), es la elevación de la temperatura corporal ≥38°C (100,4°F) rectal o ≥37,5°C (99,5°F) axilar (1), se presenta generalmente en procesos infecciosos (resfriados, infecciones respiratorias o gastrointestinales, enfermedades eruptivas, otitis, entre otras) como respuesta del organismo a sustancias de virus y bacterias que elevan el punto de termorregulación a nivel cerebral para combatir estos patógenos. A pesar de que no es un síntoma para temerle, es una alarma a la que hay que ponerle atención y es necesario modularla para ayudar a los niños a estar cómodos y confortables.

EL DOLOR, como lo define la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por su sigla en inglés) “es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a daño tisular real o potencial, o descrita en términos de dicho daño” (2). Se presenta cuando los nocirreceptores (receptores sensitivos que perciben el dolor y lo transmiten al cerebro) ubicados en la piel, las mucosas o las vísceras son estimulados por: sustancias inflamatorias (liberadas por las células del sistema inmunológico) como respuesta al daño del tejido generado por trauma, quemaduras, inflamación secundaria a infecciones (como otitis y amigdalitis, donde puede acompañar a la fiebre).

La manifestación del dolor es individual y subjetiva, las experiencias previas dolorosas y las actitudes emocionales sumadas a la magnitud del estímulo cambiarán la percepción del mismo. Un adecuado abordaje y manejo por parte de los padres y cuidadores ayudará al niño a enfrentar otras experiencias dolorosas en el futuro.

Para tratar la fiebre y/o el dolor, lo más importante es tratar de establecer la causa, ya que al resolverla el síntoma mejorará. Sin embargo, hay recomendaciones que ayudarán al niño mientras tanto:

  • En caso de fiebre: debemos garantizarle al niño que esté cómodo, hidratado, con ropa ligera y en un ambiente fresco (no frío).
  • En caso de dolor: mantener al niño en un ambiente confortable, explicarle en términos adecuados lo que está sucediendo, distraerlo con música, lectura, abrazarlo, acompañarlo, y, en los casos de trauma, usar medios físicos como frío o calor, e inmovilización.

El uso de medicamentos con acciones analgésicas y antipiréticas, como el acetaminofém, es útil en cualquiera de los dos casos como coadyuvante, produce alivio pronto y tiene un buen perfil de seguridad. Siempre debe seguirse la recomendación médica de dosis y frecuencia, sin mezclarlo con otros medicamentos para el resfriado o dolor a fin de evitar una sobredosis.